Cuando fui a la universidad, luego de mi graduación de cuarto año, escogí entrar a la facultad de administración de empresas con la expectativa de graduarme con un bachillerato. Sin embargo, gracias a la clase de contabilidad de segundo semestre, comprendí que no quería seguir los próximos años en algo que no me gustaba y me cambié a la facultad de estudios hispánicos – una manera firulística de decir “español”. Me encantaba la literatura gracias a los buenos maestros de español que tuve desde la escuela elemental.
La ironía es que a través de los años la mayoría de los libros que tengo y leo es en inglés. Si lo analizo, es como si el español fuera mi segundo idioma. No leo autores de habla hispana. Me he perdido de mucho…
Para compensar creo contenido en mi idioma puertorriqueño. En los últimos años con todas las enseñanzas que he recibido en mi adultez he aprendido lo valioso que es escuchar lecciones en mi idioma. Hay un nivel de comprensión diferente, entiendo con la mente y con el corazón. Todo me hace más sentido.
Te invito hoy a que aportes en tu idioma. Observa cómo piensas y edificas desde ese lenguaje interno primario. Luego baja al papel desde ahí. Estoy segura que muchos te agradeceremos que alimentes nuestro corazón con lo que construyas.
Ohh waooo que hermoso Marines🥰!
Sigue adelante me gusta lo que haces😃🙏🏻!
Mucho Exito🙌🏻🎉!
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