Escribir hoy ha sido más difícil, porque he estado trabajando con mis planillas. Y en Puerto Rico esto somete cualquier cuerpo humano al miedo a existir. El espacio mental que ocupa mi preocupación por los impuestos es todo-permeante y no me deja dormir tranquilamente. Empeora la calidad comprometida de mi sueño, porque todavía espero poder dormir una noche completa en algún momento.
Esto, como cualquier otra situación que intranquiliza a la mente, debe ser atacado y estudiado. Todo se puede postergar, pero la ansiedad que provoca hacerlo tiene peores consecuencias a la larga. Hasta el cuerpo se enferma por el estrés que ocasiona dejar las cosas para después. (A menos que postergar sea lo mejor y no cause preocupación).
Llevo más pasos, pequeños, pero dados. Poco a poco, despacio, me elevo de la preocupación. Hasta esto pasará.