El desempeño de cualquier acto creativo depende de motivación y disciplina. Todo proyecto, ya sea profesional, artístico o salido del ocio es creación. Lo que es diferente es la fuente de requerimiento. Si es en el trabajo, tu jefe puede solicitar que realices una tarea y tu resultado será un acto de creación. Si es artístico es altamente probable que tú originas ese acto; tu motivación interna. En ambos casos la disciplina es lo que te apoya a obtener resultados.
La motivación es un conjunto de factores internos y externos que determinan en parte las acciones de una persona. Según el Diccionario de la lengua española publicado por la Real Academia Española. Para mí es el deseo de lograr X resultado, una intención. Es preestablecida y cambiante. Fluye con el devenir de los deseos, con la madurez, con el pasar del tiempo o el cambio de circunstancias.
La disciplina es enseñar a alguien una lección o profesión. Para mí es el acto de actuar, hacer, realizar, confeccionar, elaborar, ejecutar todo lo necesario para lograr, para producir. Sentarse a escribir, ejercitarse, culminar una tarea, pintarse las uñas, componer una canción – que son parte del acto creativo. Requiere una pausa activa.
En mi caso me propuse en enero 2022 escribir en mi blog todos los días con el propósito de aumentar mi producción. Pero para mi sorpresa esa motivación no fue suficiente para obtener resultados. ¡Tuve que sentarme a escribir! ¡Aunque no quisiera! Especialmente cuando no quería…
La motivación va y viene, cambia y fluye. La disciplina te lleva, te guía, te obliga, te libera. Si al final utilizas ambas como motor detrás de la creación, se manifestarán tus resultados y verás que eres mucho más que todo esto.
Es necesaria mucha fuerza de voluntad y perseverancia, para lograr resultados.Abrazos
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