En las mañanas me gusta meditar. No me gusta tanto, pero lo hago. Después me quedo llena de tranquilidad el resto del día. También me gusta caminar y ejercitarme. Bueno, eso tampoco tanto, pero lo hago. El resto del día lo disfruto más, porque me siento llena de energía.
¿Cuántas veces hacemos algo que no queremos para tener resultados que deseamos? A veces es al revés. La resistencia nos gana y no hacemos lo que nos generaría bienestar. Lo importante es superar el deseo de no hacer. Porque está más presente de lo que creemos.
Aunque parezca invisible, el proceso consciente es indispensable para despertar a la vida. Y al final, superar la resistencia provocará resultados.