- Lee. Desde niña leo cuanto puedo. Desde las lecturas obligatorias de la escuela (excepto Don Quijote) hasta thrillers legales y novelas románticas con una buena dosis de libros de autoayuda y temas espirituales. Leer tanto te demuestra que cualquiera puede escribir de cualquier cosa.
- Observa. Tu curiosidad puede mantenerte brincando de un lugar a otro, pero la observación te lleva a conocer y a comprender, a otros y a misma. La observación te lleva a detalles y emociones. Eso le da colorido a un escrito.
- Utiliza la silla. Si no te sientas a escribir, no tendrás nada que publicar o al menos corregir. En esto coinciden todas las escritoras. Lo escrito, aunque malamente, siempre se puede editar y mejorar. Lo invisible no se sabe dónde está. La página en blanco es solo eso: una página, un espacio. Te sirve para acomodar historias e ideas, pero solo si te sientas a plasmarlas.
Sentarse requiere quejas durante los primeros 5 minutos de escritura. Muchos escritores le temen a ese espacio en blanco y se quejan mientras lo miran y hasta cuando comienzan. Pero si persisten, se mantienen escribiendo por más tiempo y hasta se van en el fluir del mensaje a compartir. Muchas veces los personajes les hablan, les insisten y los obsesionan. Eso se logra con la acción.
“Sentarse requiere quejas durante los primeros 5 minutos de escritura. ”
Love this! It is always a bit of a struggle to get started. Seems like you sit to write and your mind just goes blank, but after the first few sentences, things start to flow.
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Anne Lamott, in her awesome book Bird by Bird, suggests that you sit down everyday at the same time. The Muse will see you “working” (we know it’s complaining), she will see your compromise after a while, and then will hit you at some point…
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