Uno de mis libros favoritos es Las 48 leyes del poder de Robert Green. Cuando lees las reseñas sobre el libro, muchos dicen que es diabólico. Para mí es un tratado de estrategia e historia. El autor explica que nosotros no le enseñamos a nuestros hijos a defenderse en el mundo, a vivir con problemas ni manejar gente difícil. Muchos no se independizan por no saber cómo vivir. En el libro, el autor expone la naturaleza del poder y cómo podemos reconocer su uso. Para evitar que nos cojan de pensuacos.
Una de mis partes favoritas en el libro es las historias de timadores. La gente se sorprende con casos recientes como el de Anna Delvy, pero al estudiar la historia me pregunto cómo es posible que todavía caigamos con esos engaños tan evidentes. ¿Quizás caemos porque no lo son?, ¿o porque la población es más inocente de lo que aparenta?
Al final, comprendí que tengo un poco de todo lo que el autor habla. La naturaleza humana en mí es luz y sombra, amor y envidia, sinceridad y engaño. Mi estancia en el planeta es reconocer esa naturaleza y despertar a la comprensión de que puedo transformarla con un cambio de percepción. Veo el mundo como soy, no como es.
El proceso creativo que te enfrenta a descubrir y sacar lo que llevas dentro, depura emociones y visión interna. Apoya a atraer nuevas ideas, desarrollarlas y compartirlas. Para procesar, es valioso conocer la naturaleza humana, sus desacuerdos y extremos. Es lo que todos cargan y muestran. ¿Cuánto te conoces? Hoy es un buen día para empezar a averiguarlo.
Marinés Rivera 