Hablaba de procrastinación con una amiga y ella me comentó de un video donde una conferenciante hablaba de la adicción a la procrastinación. El medidor es simple: si lees muchos libros, tomas muchas clases para certificarte en algo y no haces nada con lo que lees o estudias, estás en adicción. Pues, definitivamente somos muchos los que estamos en esta adicción. Admito que yo soy una.
Como humanos somos adictos, especialmente a los pensamientos y al sufrimiento. Los pensamientos porque constantemente nos vamos con ellos, los creemos y los alimentamos. Al sufrimiento porque estamos en el victimismo, en el pobrecito yo y en la creencia de que solo me pasa a mí – nadie sufre como yo…
Salir de cualquier adicción requiere presencia, requiere admitir el espacio en el que estés, requiere observar. Reconocer que en efecto tengo una adicción a la procrastinación y a los dulces y al sufrimiento, me apoya a preparar un plan para contrarrestar los efectos de cualquiera de esas adicciones. Al menos así vivo.
En la próxima visita a Costco no compraré dulces.