Mi miedo a la página: una excusa

La página en blanco puede causar un leve temblor en las manos y el estómago. Hasta puede ocasionar un cierre momentáneo del cerebro y una ceguera leve en los ojos. “Rayos y centellas, ¿podré sentirme tranquila alguna vez cuando me siente a escribir?” A juzgar por los nervios que me dan cada vez que voy a hablar ante una audiencia – o en un live de Facebook – no creo que por ahora me sienta tan calmada cuando me siente…

Mis excusas, además del temor a la página en blanco, son las siguientes:

El perro se comió la idea que traía.
Estoy muy cansada, porque anoche dormí 3 horas nada más.
Tengo una serie importante que ver ahora que tengo Apple TV.
El despertador sonó antes de tiempo. Lo puse para esa hora, pero (en el fondo) no quería que fuera a esa hora…
Estoy comiendo demasiado y el cerebro no tiene tanta sangre para poder trabajar eficientemente.
Como muy poco y no tengo la energía que requiere escribir un episodio de mi blog o un capítulo de mi novela.
Las cosas están malas en el mundo.
Las cosas están malas en mi casa.

Y así tantas otras más que, como no he dormido ni comido bien, no puedo enumerarlas con eficacia.

Me atrevo a adivinar que tienes unas cuantas excusas parecidas para postergar algo que deseas con pasión o alegría. Quizás algo creativo como un pequeño poema. Puede ser que necesites arreglar tu résumé para solicitar el trabajo de tus sueños. O sacar el tiempo para someter la planilla a Hacienda y te llegue el reintegro antes de que se acaben los chavos del gobierno.

Observa tus excusas. Muchas provienen de tus preocupaciones. Recuerda que mientras estemos aquí en este planeta habrá crisis, habrá guerras, habrá dualidad. Puedes comenzar a aplacarlas con tan solo sentarte un rato a crear. Aunque sea un poco a la vez.