El 20 de enero fue mi cumpleaños. Ese día tomé vacaciones de mi trabajo. Cuando cae entre lunes a viernes, siempre trabajo para que me lo celebren. Pero a pesar del cautiverio y de lo mucho que me he quedado en casa en el último año, decidí tomar el día para mí. Mi propósito principal era escribir varios episodios de mi blog (para tener adelantados), dedicar tiempo a proyectos personales que me apoyarán a servir a mis clientes y escuchar mi lectura del árbol de la vida por una cabalista española que me había recomendado una amiga. Más tarde una cena y luego una reunión virtual. Sencillo y organizado.
Las felicitaciones comenzaron el 19 de enero, por amigas que querían adelantarse al ataponamiento de felicitaciones en Facebook. Como era mi cumpleaños decidí salir a comprar café y dar una vuelta mañanera con ese único propósito y en presencia. Más felicitaciones. Llamadas, textos y mensajes de voz. Varias conversaciones. Hasta Paul McCartney me cantó Happy Birthday. ¡En la mañana nada más! De almuerzo, Sofía y yo salimos a comer sushi para celebrar y la pasamos de maravilla, conversando y riendo.
Ya en casa retomé los planes, pero continuaron las llamadas y las invitaciones. Cuando llegó el momento de la lectura del árbol de mi vida estaba más que preparada y fue una experiencia iluminadora. Quizás porque al ser el día de mi cumpleaños estaba tan receptiva y agradecida. Luego me fui al Viejo San Juan a continuar festejando. Una cena entre estrellas… El cierre de mi día fue participar en una reunión virtual de Toastmasters que contó con la visita del Presidente de Toastmasters International. Gracias a mi amigo Cristóbal, durante la reunión recibí más felicitaciones, esta vez internacionales.
Te preguntarás: ¿Marinés qué tuvo de especial tu día? Te contestaré: La magia del amor. Tengo muchos familiares y amigos que me aman y me hicieron sentir querida ese día. Mis amigas escribieron mensajes de felicitación que me hicieron llorar y sanar por sus palabras poéticas y alegres. Recibí flores sorpresa de parte de una persona amada. ¡Recibí regalos y palabras! Todo esto me mantuvo reflexiva y presente en mi día. Pienso que en estos tiempos de pandemia las personas nos hemos acercado más de maneras diversas y por eso tantos respondieron a mi día de cumpleaños. Mi día fue glorioso gracias a todos los que me amaron y doy gracias por tener personas tan maravillosas en esta vida. Por todo esto, ¡deseo vivir cada día como si fuera mi cumpleaños!