El compromiso de un coach es apoyarte a encontrar soluciones aunque no tenga todas las respuestas. Cuando el trabajo de una coach es efectivo, tú como cliente descubres que la respuesta está dentro de ti. Pero sola no hubieras podido encontrarla, porque muchas veces tus pensamientos limitantes o tus creencias erróneas te llevan por el Camino de No Continuar, o como yo le llamo: el Camino de la Amargura.
Cuando tu voz interna está alineada con el ego y sus miedos, nada de lo que oigas será para tu beneficio y será imposible escuchar la Voz de tu Sabiduría interna. Todas tenemos ambas, pero la primera te habla del tiempo tictac, como decía Stuart Wilde, y de lo poco que puedes hacer; y la Voz te dice que sí puedes y que hay posibilidades. La voz habla de limitaciones; y la Voz te habla de expansión e inspiración.
Durante mucho tiempo escuché la voz del miedo. Ese ruido interno hacía difícil que pudiera oír la Voz verdadera. Poco a poco descubrí que yo también tenía una Voz. Se me reveló al hablarles a otras personas. Solo la escuchaba para otras. La empatía, el amor y la compasión que sentía por otros, era la Voz la que los expresaba. Pero no me hablaba a mí, solo se comunicaba con las personas fuera de mí.
Un día escuché una pregunta poderosa: ¿Qué tal si le hablaras a una amiga de la manera que te hablas a ti misma? Y como por arte de magia me di cuenta que jamás les hablaría a mis amigas como me hablaba a mí misma. Comprendí el valor de tratarme como una amiga y comencé a escuchar la Voz dirigiéndose a mí, inspirándome y amándome. Me convertí en mi propia coach.
Te invito a que te preguntes cómo te diriges a ti, cómo te hablas y cómo piensas de ti. Si no eres amigable y amorosa contigo, quizás es tiempo de que comiences para que puedas escuchar la Voz de tu Sabiduría interna.