Si no estoy en relación es porque no me toca estar en relación

Hace tiempo leí que una relación de pareja exitosa contiene tres elementos: filia, eros y ágape. Filia es el amor fraternal, entre iguales, entre amigos. Eros es el amor erótico, sexual, pasional, corporal. Ágape el amor total, espiritual y más elevado. Una relación duradera puede contenerlos todos o, poco a poco, desarrollarlos. Si solo tiene eros, no hay complicidad ni amistad ni intención de desarrollar profundidad. Si solo tiene filia, eros sufre, aunque podría llegarse a ágape. Dos personas que se aprecien como amigos, se deseen como amantes y se amen a nivel de almas, ¡acho ni Adán y Eva!

Contemplo mi relación con el padre de mis hijos. Había eros, algo de filia, nada de ágape. Con el tiempo perdimos la poca filia que teníamos; eros no sé a dónde fue a parar y el ágape jamás floreció. Al menos, no mientras estuvimos casados. Ahora siento que estoy cerca de sentir ágape en el espacio de nuestro divorcio. No sé si hacia mi ex o si hacia el divorcio, que es tremenda herramienta de transformación.

Hace más de 10 años que me divorcié, felizmente. La vista de divorcio fue algo incómoda, pero breve. Como el pinchazo de una aguja cuando te sacan sangre. Durante este tiempo mantuve mi familia, mi hogar y mi misma. Me independicé. Siempre apoyada por mis padres y mis herman@s; siempre apoyada por la vida. Comprendiendo que todo es cambio y que todo pasa. Descubriendo que la independencia quizás es una aberración, porque es interdependencia lo que he vivido. Y también que cada vez me maravilla más lo poco que sé de la vida y de la gente.

Lo que me lleva a reevaluar por enésima vez para qué estar desemparejada:

Primero: la gente piensa que es fácil convivir con ellos y son los otros los difíciles. A pesar de que soy un 4 de julio, estoy consciente de que es un reto convivir conmigo. Hasta yo me canso…

Segundo: la última relación de semipareja que tuve fue con un hombre que es hijo del maltrato. Yo soy altamente influenciable y digo sí a (casi) todo. ¡Eso a los hombres acostumbrados a los malos tratos no les gusta! Prefieren un “NO”, como dice Arjona.

Tercero: cada vez que recuerdo que no tengo que rendirle cuentas a una pareja, siento un gozo sublime que se aloja en mi corazón y me hace reír sin razón. Ahora mismo sonrío al sentir ese gozo que describo.

A aquellos y aquellas que están felizmente emparejadas, las felicito y las invito a contemplar si tienen filia, eros y ágape. Estamos en este mundo para aprender de nuestras relaciones. Yo, mientras tanto, continuaré desarrollando esos tres amores con misma, porque estoy en este mundo para aprender de todas mis relaciones.

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