¿Que no agradeces lo malo? ¿Pero es posible que seas tan malagradecida?
Eso me lo repito en mi cabeza muchas veces. Es fácil ser agradecida con lo que consideramos bueno, pero ¿con lo que denominamos malo? ¡Bah!, ni hablar.
En el libro Todo lo malo es bueno, su autora Tere Beard nos lleva a reflexionar sobre las experiencias que llamamos malas. Su propósito es que descubras el poder detrás de ellas, porque nos dejan lecciones que nos hacen transformar las creencias que cargamos en nuestra mente y nuestro cuerpo.
Hace más de diez años que me divorcié, una experiencia difícil para cualquiera. En mi caso me sentí aturdida al principio y luego liberada. Llegaba a mi casa con ganas de llegar. No tenía a nadie que me gritara ni que me quitara la paz. Además, gané un apoyo: el padre de mis hijos comenzó a ayudarme más con la logística de los nenes que cuando estábamos casados.
El divorcio requirió que me saliera de mi zona de comodidad: una casa grande, carros, comida. Todo al alcance de mi mano. Pero gracias a esa decisión entré en un periodo reparador, de intenso crecimiento interno, de obligarme a vivir de una manera diferente.
Varios años después comprendí, que en vez de resentimiento, sentía agradecimiento por las experiencias vividas con mi exesposo. Odio el conflicto y no fui criada para lidiar con él, pero gracias a lo que viví en mi matrimonio pude cambiar de perspectiva en cuanto al beneficio de las experiencias negativas. Claro, a veces protesto, porque quisiera vivir una vida libre de conflicto, pero ¿qué gozo puede haber en vivir plácidamente toooooodo el tiempo? Es posible usar el drama y el conflicto para evolucionar. (Aunque no taaaanto tampoco…)
Agradecer con tenacidad requiere interrumpir constantemente mis actitudes quejumbrosas y de víctima. Sí, puedo guardar un espacio para ventilar y soltar mis frustraciones y dolencias, porque hay que reconocerlas para sobrepasarlas. Pero escojo regresar al agradecimiento tenaz y radical. Todo el tiempo con todas las situaciones.
Intenta vivir en agradecimiento total. Interrumpe la cháchara estereofónica de tu mente, siempre que puedas, para agradecer; y observa lo que descubras en ti. Yo todavía estoy agradeciendo haber desnudado mi cuerpo para liberar mi alma.
My dear Mari, this is a most important lesson that I have learned alongside you through our exchanges of our dificult moments. We often talk about the “lesson” to be learned. Precisely this week I was sharing the importance of giving thanks for the bad experiences to a close friend of mine. While it is not easy to give thanks in the mist of the tough times, it is important to acknowledge that there is a lesson to be learned. If you believe this, the moment will pass and it will be easier to give thanks for having been through the hard experience. I am bad with conflict as well but I am thankful for the tough times that prepared me to deal with conflict now. Thank you for always being that voice in my head reminding me “there is a lesson to be learned here, hang in there” As always, thank you for sharing your experiences and for always helping me gain perspective when I have needed it most. Love you Sis!
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