Hacer algo que te haga sentir bien. Todavía resuena en mí esa sugerencia de un amigo. Me ha servido para reflexionar sobre la vida y lo que me llega. Aunque parezca sensible hacer algo que me haga sentir bien para estar “feliz”, en realidad mi mente y mi cuerpo se rebelan ante eso.
Hacer ejercicios no me hace sentir bien aunque sé que tiene beneficios a la larga. Pensar en meditar no me hace sentir bien aunque sepa que podré tener buenos resultados, a la larga. Sentarme a escribir para el corazón cuando me duelen las manos y los brazos no me hace sentir bien, aunque quizás pueda crear buenas historias, a la larga. “Hacer algo que me haga sentir bien” no es en el momento presente y quizás no sea ni a la larga.
En la vida creativa hay que realizar tareas desagradables, resolver situaciones que no nos gustan y tener las conversaciones difíciles que preferiríamos evadir. Hay que manejar lo que tengamos frente aunque no nos haga sentir bien. Como dice Scott Allan en su libro del mismo título “Haz lo difícil primero”. La vida se trata de vivir ahora; enfocarnos en el presente. Al ver ese presente podremos decidir si deseamos cambiarlo. Y el ciclo se repetirá. Quizás nos haga sentir mejor la próxima vez…
¿Qué tarea difícil puedes realizar hoy que te encantaría dejar para mañana? (Yo confieso: escribir…)